EL CAOS PRODUCTIVO DE VIVIR EN DOS LUGARES
EL CAOS PRODUCTIVO DE VIVIR EN DOS LUGARES
El caos productivo de vivir en dos lugares tiene su explicación. Tengo decenas de cuadernos y aplicaciones que, cuando las compro o me las descargo, me digo a mí misma: Remy, este cuaderno lo vas a utilizar para apuntarte ideas que te vengan en la ducha. Esta aplicación para anotar frases que te inspiren a crear fotos… Y, ¿sabéis qué?
NUNCA CUMPLO NADA DE LO QUE ME DIGO.
Por eso llevo un par de días intentando encontrar un tema del que hablaros en el blog. Sé que en algún cuaderno escribí sobre un montón de temáticas. Pero vete a saber dónde está. Porque además, estoy de mudanza — me da que voy a utilizar esta excusa en múltiples ocasiones a partir de ahora —. Pero bueno, el viernes pasado en los Desayunos Creativos que hacemos los viernes en Clubhouse Lydia Fernández, Ariadna Carrascull y yo, comentaba Lydia que ella, cuanto más productiva es, menos creativa se siente.
Así que sigamos adornando nuestro caos y abracemos fuerte esta idea de que no se puede tener todo en la vida y de que ser un desastre organizativo en épocas apocalípticas, está de moda. Si alguien diseña una camiseta o una taza o un llavero en el que ponga: “Fuck productivity”, se la compro. Es mi nuevo slogan de vida.
En realidad creo que todo este desorden mental se debe más que nada a que, como estoy a medias entre dos casas, no consigo concentrarme como debería. Una la tengo patas arriba con todas las cosas rebosando en cajas, y la otra vacía, esperando impaciente a que la llame hogar.
Qué importante es eso, ¿verdad? Tener un espacio al que llamar hogar. En mi caso, después de tantos años trabajando en casa, me he dado cuenta de lo importante que es poder volver a un lugar que sea tuyo de alguna manera. Hasta la fecha, lo único que he considerado de mi propiedad ha sido a mi perro Gordo y a mi furgo Blackie. Nunca me había preocupado mucho la idea de tener una casa porque siempre me escapaba a viajar con la furgo cuando me agobiaba. Pero después de tanto tiempo confinada, mis prioridades han cambiado. No me entiendas mal, estoy deseando que abran fronteras y poder escaparme. Pero también pienso que poder pintar una pared de tu color favorito es como cuando un perro mea en una rueda y ya la considera suya y se siente empoderado.
Así que en esas estoy, eligiendo la paleta de colores que va a adornar mi casa, pensando qué sofá poner en ella y dándole vueltas a la idea de que quizás decorar mi casa con fotos mías puede ser un tanto narcisista. Pero oye, que te aseguro que en mi caso, el refrán “en casa de herrero cuchillo de palo” no se va a cumplir. Moriré narcisista.
En resumen, que tengo Pinterest echando fuego, mientras que mi cuenta bancaria está a punto de darle un bajón de tensión de esos que te piensas que te vas a morir en el acto.
Pero bueno, estoy abierta a sugerencias sobre mi hogar y sobre otro cualquier tema del que quieras que hable. Que me propuse escribir un post semanal y eso sí que lo tengo que cumplir como sea.
¡Ale feliz semana boniquers!