Remys Door

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CUIDADO, HAY MONSTRUOS QUE SE DISFRAZAN DE HOMBRES

Cuidado, hay monstruos que se disfrazan de hombres. Y lo hacen tan bien, que para cuando te das cuenta de lo que realmente son, quizás sea demasiado tarde. Así que de verdad, cuando una mujer se te acerque angustiada, contándote humillada la terrible experiencia por la que está pasando, no la juzgues y menos aún, le preguntes: Pero, ¿cómo has permitido que llegue a agredirte?

Acaso crees que ella no se lo pregunta cada día. Que no se mira al espejo cuestionándose si además de ser víctima, también es culpable. Pero el maltrato es como un veneno que te va matando las ganas de vivir poco a poco, sin que apenas seas consciente. Una mañana simplemente te levantas y tienes miedo hasta de doblar mal las sábanas de la cama, por si el monstruo se cabrea y quiere devorarte. Esto no me lo acabo de inventar, me lo confesó alguien a quien quiero mientras se le ahogaban las palabras en un océano de miedo. Pasó de ser una de las personas más alegres y divertidas que conozco a perder toda la chispa con la que cuando sonreía, incendiaba el mundo.

Hay muchos prejuicios en torno al maltrato. Mucha gente piensa que las mujeres maltratadas suelen ser sumisas y poco inteligentes. Pero yo opino justo lo contrario, creo que los monstruos buscan chupar la energía de personas fuertes y luchadoras. Las destrozan poco a poco, primero con palabras suaves, luego con gritos, después ya llegan las patadas, los pijamas hechos añicos, las amenazas... Recuerdo que cuando la abrazaba, le decía: “tú tranquila, lo más difícil ya lo has conseguido pequeña valiente”. Porque salir de ahí requiere de un coraje y una fuerza estremecedora.
A todas esas personas que dudan de la palabra de una mujer cuando confiesa que la han maltratado, sólo deseo que no tengáis que vivir algo así para cambiar de opinión. 
A todos los amigos de los monstruos, pero en especial a éste que muchos conocemos, no os pido que dejéis de ser su amigo. Al fin y al cabo, todos somos mayorcitos y sabemos con quién nos juntamos. No voy a entrar a juzgar lo que es trabajo de la conciencia de cada uno. Pero sí os pido una cosa, si el monstruo vuelve a acercarse a una mujer, avisadla antes de que sea demasiado tarde. Por favor. 

Y a ti, mi pequeña valiente, sólo quiero decirte que no te olvides de que lo mejor está por llegar para quien arde en deseos de vivir. Así que espero que la próxima vez que te vuelva a ver, vuelvas a incendiar el mundo con tu sonrisa. Estoy deseando ver ese espectáculo.